Botero Salazar señala que los Organismos Internacionales y Nacionales no tienen una definición legal de este concepto, sin embargo, se puede interpretar que dicho término hace referencia a la vulneración de derechos que se encuentran resguardados por la Constitución Política Colombiana de 1991 y el Código de Infancia y Adolescencia.
El Estado colombiano optó por ratificar todos aquellos convenios, tratados y resoluciones internacionales por medio del bloque de constitucionalidad que defendieran los derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes (NNA), incluyendo el Protocolo que versa sobre la participación de los niños en los conflictos armados.
Entre dichos Instrumentos Internacionales ratificados por Colombia, se encuentra, la Convención sobre los Derechos del Niño, el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de niños en conflictos armados y el Convenio 182 de la OIT relativo a las peores formas de trabajo infantil, formando parte del Derecho Interno de nuestro Estado los cuales incorporan obligaciones relacionadas con asegurar la protección de los menores en situaciones de conflicto armado.
El pasado 14 de septiembre, la organización cristiana menonita colombiana justa paz, organizó un evento en el cual se presenta y dialoga su informe titulado “Llamado Profético Número 15: No Nacimos Para La Guerra.” El cual ha tenido un periodo de documentación desde el año 2018 hasta el 2021.
Este documento refleja la situación que enfrenta Colombia con respecto al crimen organizado y la inclusión de NNA en él, de manera especial por ser reclutados y utilizados en los conflictos armados del país.
El Observatorio Socio–Eclesial Actualizado Shalom (OSEAS) documenta en dicho informe los “hechos de violencia asociados al conflicto armado colombiano y la producción de afectaciones directas en la práctica de la fe cristiana y evangélica”. según lo mencionado por Diana Katherinne Cardona Garzón Coordinadora del Observatorio Socio-Eclesial Actualizado Shalom.
Dicho informe desarrolla un análisis detallado sobre este fenómeno de reclutamiento en el país, enfocado a la población objeto de estudio, es decir, en los menores de edad.
En primer lugar, partiendo de lo contemplado en el artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que expresa: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia individual y colectivamente, tanto en público como en privado por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”. Se menciona en el informe que el 7,13% de tipos de violencia hace referencia a los ataques a la libertad religiosa y el 3,35% representa la intolerancia religiosa, hechos por los cuales las personas registradas manifiestan que fueron víctimas de amenazas, desplazamientos, atentados y asesinatos, hechos que en su mayoría recaen en los pastores, pastoras y líderes de iglesias.
Se destaca en el informe que, en algunos lugares del país, los grupos armados ilegales y los grupos delincuenciales “no respetan ni ven con buenos ojos las prácticas de fe”, debido a que en el trabajo de evangelización muchos cristianos fueron acusados de transportar información por sus métodos de enseñanza y de evangelización, que implicaban movilizarse de un lugar a otro, se veía amenazado el poder que tenían los grupos armados en dichas comunidades debido al control establecidas en el conflicto.
Se menciona en el informe que algunas cifras indican que del 100% de los hechos asociados a la denominación Asambleas de Dios, el 100% ocurrieron en el norte de Santander; de igual manera, el 100% de los hechos que ocurrieron en la denominación Iglesia Alianza Misionera, el 50% ocurrieron en el departamento del Putumayo. Y del 100% de los casos que ocurrieron en Antioquia, el 15,2%, está asociado a la denominación Iglesia Interamericana.
Revelando de cierta manera, que dicha situación desencadena una serie de impactos en los NNA, nos describe el artículo que en primer lugar están los impactos físicos, en donde la violencia física se transforma en un implemento de sometimiento y generando una relación de poder entre el actor armado y el niño o la niña. Permitiendo que un gran número de víctimas del delito de reclutamiento “Sean víctimas de tratos crueles, tortura, sometimiento, humillación, violencia física, etc., dejándoles secuelas físicas de por vida.”
De igual manera, mencionan dicho impacto sexual debido a que en Colombia se ha desarrollado la utilización de los cuerpos de las mujeres como botín de guerra. Transformándose en algo común la práctica de agresiones y violencia sexual en los campos de combate, asimismo, se presentan múltiples violaciones con base en el género, mencionado en dicho informe como ocurre con adolescentes que se identifican con la comunidad LGTBI. La violencia sexual, sin lugar a duda, genera sufrimiento y afectaciones físicas y psicológicas a las víctimas. Desencadenando los impactos psicológicos, entre ellos, los allí mencionados como “la afectación en las trayectorias de vida y proyectos a futuro, dificultad para confiar en otros, pensamientos referidos al suicidio o la autoagresión, negación de los hechos como un mecanismo de autodefensa, estrés postraumático, entre otros.” De igual manera, se detalla los impactos colectivos, impactos a comunidades étnicas y los impactos a su entorno, en donde se concibe una disyuntiva y rompimiento de lazos con su entorno familiar, social por miedo al rechazo o juzgamiento, permitiendo que sean revictimizados por medio del desplazamiento forzado.
Referencias
El Doctor Ivan Dario Moreno es un catedrático, lingüista, teórico cultural, traductor, editor, diseñador instruccional, escritor y empresario. Nació en Bogotá, Colombia, en una familia de ministros cristianos quienes le enseñaron importantes valores humanos. ha realizado estudios en los Estados Unidos, Francia, Australia y Nueva Zelanda. Graduado profesional en Lenguajes y Estudios Socioculturales en la Universidad de los Andes (Bogotá-Colombia) con concentración en pedagogía de lenguas; además, es Magíster en Aplicación de las Nuevas Tecnologías en Educación de la Universidad de Barcelona Virtual; Doctorado (Phd.) en Diseño Instruccional y Tecnología en Keiser University en la Florida, Estados Unidos y actualmente cursa una Maestría en Harvard University. Ha realizado además diplomados y cursos de actualización en las áreas de: finanzas, lenguas extranjeras, traducción e interpretación. Ha enseñado en la Universidad de los Andes en Bogotá (Colombia), en la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá (Colombia), en la Universidad Estatal de Bogdan Khmelnitsky en Cherkasy (Ucrania) y en la Universidad Checa de Agricultura en Praga (República Checa). En el año 2013, fundó la universidad virtual Zion International University (ZIU), organización sin ánimo de lucro aprobada por la Comisión de Educación Independiente para las instituciones educativas de tipo religioso del Estado de la Florida, Estados Unidos. Actualmente, es el Gerente General de la editorial Bitway Internacional en Colombia, de la distribuidora Bitway International USA LLC y de la empresa de publicidad y medios audiovisuales Bitway Design Tech and Media en Colombia.